jueves, 23 de febrero de 2012

LA NOVISIA





LA NOVISIA


Todo lo día pazo
po delante deze convento.
Y ende laj una a la dó
ze me corta la repirasión
cuando en una ventana
la veo.

É una monhita
que zacaba dincorporá.
Zon de la llamada novisia
que resan en la cosina
mientra que la demá
lo jasen ante Jezú
en defrente ajún artá.

Yeque en zu carita
engüerta con la cazulla
ze la rezarta lo branco
deza piel zenzilla y pura
con eza ternura,
tan jinosente,
qui uno, ar mirarla,
ze cree que va a pecá.

Peo a mí loj que me matan,
zon zu zoho, grande ji tan brillante
que zi fuera un poso malandre
me tiraba de cabesa y zin mirá.

Y zu boca. ¡Aaaayyy zu boca!
Eza boquita apretá
que paese desí argo
peo que zin desí ná
a mi me tié penzando
zi la hoí disí: ¡COMU,
asércate a la ventana
qui te vo yasé jun encargo!

Peo no.
No, zeñó.
Zon imaginasione mía.
Azín que COMU,
agaxa la cabesa y calla
y vete a vé ar párroco
que te confieze y te aiude,
que te dé zu penitensia.
Y zi Dió en zu clemensia
te pudiera perdoná
dale grasias, no le ofendaj
y too lo día a resá.


COMUNERO










jueves, 16 de febrero de 2012

NOCHE OSCURA



NOCHE OSCURA


Hay noches sin luna
oscuras como una cueva.
Noches tan negras
que parece que están llenas
de espíritus que recorren
los cielos y las estrellas.

Y me gustan esas noches
aunque la luna no salga.
Porque pienso que tu alma
me susurra al oído.
Y le escucho entre dormido
como a un niño que no calla.

¡Que me hable, que me hable,
que no callen las palabras!
Y sonrío imaginando
que te escucho mientras hablas
y en un momento brusco
un ángel pasa y te callas.

Y asustado doy la vuelta
y te busco entre la nada
persigo el rastro que deja
tu perfume que se aleja
entre las sombras apresada.

Y rezo a la noche
que me haga el favor
de volver a sentirte cerca:
tu alma,
tu perfume,
tu calor,
tus palabras...

Y que no te marches nunca
y que nunca te asuste nada,
y que sigas aquí cerca
como un alma enamorada.


COMUNERO










sábado, 4 de febrero de 2012

¿A QUÉ ESPERAMOS?



¿A QUÉ ESPERAMOS?

Dígame, señora mía,
cuánto tiempo hemos gastado,
mirando para otro lado
viendo pasar los días.
Suspiramos y reímos,
y dejamos caer un manto
y usted piensa,
¿qué me cuenta?
¿Acaso le pedí algo?
Pues no, usted no me dijo nada,
soy yo el que me pregunto,
y yo, el que me respondo.
Es mi imaginación rotunda
la que habla medio tarumba
y comenta la situación.
La quiero así, tal cual,
sintiendo lo mismo que yo,
sin envoltorios ni apariencias,
participando de la conversación.
Cogiendo mi mano
besando mis labios,
desatando el deseo
sin permiso ni explicación.
La quiero, si,
desde el día que la vi
como una aparición
en el cruce de la Fantasía
con la calle del Amor.
Te quiero a tí
con tus dudas y con tus ansias,
con tus besos y con tus rabias,
con tus risas y tus lamentos,
con tus sueños y tus nostalgias.
Te quiero, si,
te quiero a tí en cuerpo y alma.

COMUNERO