martes, 25 de octubre de 2011

LA TRISTEZA







LA TRISTEZA

Hay veces, no siempre,
que la música te hace recordar,
y rememoras aquellos tiempos
en los que la vida era un sueño,
que tu eras más joven
y los demás eran viejos,
ese tiempo al que creías
que nunca llegarías.
Que los que estaban, seguirían estando,
y que tu seguirías siendo
el niño ése que eras.

Hay veces, no siempre,
que ves la silueta de un pájaro
que se posa en tu ventana
y te quedas mirando sus ojos,
su pico, sus plumas,
el nervioso subeybaja de su cola,
y te hace reír.
Y sueñas cogerle entre tus manos,
acariciarle con suavidad,
sentir su respiración y su corazón
latiendo rápido, hasta que llega el momento
y se va.

Hay veces, no siempre,
que cuando oyes un violín
desgarrando el firmamento,
crees que va a ser el último aliento
de alguien que no quiere sufrir más
y te pones triste, y una lágrima aparece
y culpas a una mota de polvo
que te entró.
Pero no, tu y yo sabemos que no es eso,
que es solamente un momento
en el cual la razón no rige,
la consciencia se detiene
y mandan los sentimientos.






COMUNERO








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