EL POEMA Y SU FORMA
Si se fijan
los poemas
tienen cuerpo de mujer.
Es como la silueta
de una forma
que se retuerce en la sombra
y leyendolos se transforman
en ese maravilloso ser.
Empiezas por la cabeza,
su pelo,
sus ojos,
sus misteriosos labios rojos
llegando a su amado cuello
donde los besos se hacen más tiernos
y ella parece enloquecer.
Luego sus pechos.
Turgentes, redondos y frescos,
manantiales de leche
que al beber de ellos
dan alimento a los niños
y a los hombres los arrellanan y duermen.
Sus hombros,
sus brazos,
las delicadas manos que terminan en finísimos dedos
que acarician los senderos
que nos llevan a su vientre,
punto de encuentro del fuego
que culmina los deseos
que los besos hicieron arder.
Y cuando el poema llega
al final de su camino,
son sus piernas retorcidas
como si quisieran que no se llegara el día
y dan el abrazo último
con cosquillas en los pies
que jugueteando piden
volver al principio otra vez.
COMUNERO
Hola chaval veo que te has repetido, pero no importa por que realmente el poema es hermoso.
ResponderEliminarUn abrazote grande.